El otro día comentaba con un buen amigo lo que se siente al fotografiar por primera vez una especie, sobretodo cuando llevas ya unos años en esto y sabes que hay algunas "básicas" que no pueden faltar en tu colección.
Aunque todas son una maravilla de la naturaleza (bendita biodiversidad), siempre hay algunas que nos atraen mas que otras, por su escasez, su colorido, su conducta, su dificultad a la hora de localizarlas, o simplemente porque aún no hemos tenido la oportunidad de verlas, o de fotografiarlas. Hay quien dice que en estos casos, sientes que tienes clavada una espinita, y que no te la sacas hasta que no ves a esa especie en tu tarjeta de memoria a través de la pantalla trasera de tu cámara, y la verdad es que no van muy desencaminados.
Eso es lo que me pasaba a mi con el Trepador azul, entre otras muchas claro, pero es cierto que cuando ves por primera vez a través del visor de la cámara, o a simple vista a menos de 3 metros, una de estas especies "deseadas" incluso se acelera el pulso, se sienten muchas emociones difíciles de describir para el que no lo ha vivido alguna vez, y hay que intentar controlar esos nervios que pueden llegar a hacer que las fotografías salgan trepidadas.
Pues nada, aunque la foto es muy mejorable, creo que con esta toma yo también me he sacado una espinita que tenía clavada.
Quiero dedicar esta foto y esta entrada a mi amigo
Ximo Arévalo, con el que espero poder compartir algún día un momento fotográfico parecido.
(pincha en la foto para verla en grande)
Sobre la foto, pues creo que es muy mejorable, pues tenía unas condiciones de luz pésimas y al no disponer de flashes externos, hubo que tirar del flash del cuerpo. Aún así creo que ha quedado una luz bonita.
Con el equipo de siempre: Olympus E-510 + Zuiko 70-300
los datos de la toma: ISO 400, f:6,3 v:1/180 a 504mm equiv. ligero recorte, trípode, hide fijo, y buenísima compañía.
Muchas gracias a todos por los comentarios en las entradas anteriores.
Saludos.